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All Along the Watchtower

Parte III: Elena en Balham.

Parte I: Christopher Judex in Clapham South

Parte II: Christopher Judex in Balham

 

Elena termina su cerveza. Al fin y al cabo ese era el trato, “una cerveza y después tú decides si quieres volver a verme”. Así que se marchan a casa.

Christopher aún lía otro de sus cigarrillos. No ha parado de fumar desde que empezaron a hablar.

Antes de despedirse la besa en la mejilla y le dice que está contento de haberla parado. Y vuelve a recalcar que la conoce, que él conoce a todo el mundo con sólo mirarles a los ojos. Ella, Elena, se enfada, porque no le gusta la seguridad con la que lo dice. Porque, al fin y al cabo, son dos desconocidos que sólo se conocen lo que dura una cerveza.

Por fin, Elena se sienta en la cocina de su casa y en su cabeza se dibuja un esquema de Christopher, inconexo, al que le faltan un millón de puntos. Lo odia, en cierto modo, porque sabe que a partir de hoy la curiosidad hacia él sólo comenzará a crecer.  Y ese sentimiento, no la abandona, aunque su lógica le diga que es de locos parar a alguien por la calle sin más, que, tal y como él le ha dicho, es algo que ha hecho más veces, y que siempre, o, casi siempre, le funciona. Y que este es el modo que Christopher tiene de hacer que las cosas sucedan.

Él encuentra divertido el modo en que Elena le analiza, desde la distancia, el modo en que ella lo convierte todo en una especie de broma, quitándole seriedad a las cosas. Se siente relajado cuando escucha su risa, porque así no se toma tan en serio a sí mismo, es lo que le dice. Porque, según él dice, muchos de sus amigos le ven como una especie de gurú. Elena vuelve a reírse. Y él, ha conseguido, de nuevo, su objetivo.

Le divierte también que ella lo vea como a un “showman”, como a un personaje teatral que está actuando en algún tipo de comedia. “Quiero ver hacia dónde conduces el show” Ella le dice. Y esta es la respuesta que Elena le da a Christopher cuándo él le pregunta: “¿Qué te ha impulsado, finalmente, a venir conmigo hoy?”

El hecho de que ambos estén ligados al mundo audiovisual no le sorprende. Se lo imagina cuándo ella le comenta que todo lo que había estado haciendo durante la tarde era pasear, observar, intentar retratar Londres. ¿Y qué mejor motivo podía tener una persona para salir a pasear en Londres que retratarlo, da igual el medio que utilice? Se dice.

“Quiero ver tus trabajos y enseñarte los míos". Le dice Christopher. "Podría mandarte el link, pero quiero ver tu reacción”. Elena piensa que no es más que la excusa para hacerla llegar hasta su casa. “Tal vez el viernes por la noche. Además, tengo una película que se que te va a encantar. Tienes que verla. Se llama Judex y es un remake hecho por el director de cine George Franju que está basada en un serial del cine mudo francés. ¿La conoces?” (Está siendo sincero cuándo lo dice. Más tarde, cuando Elena decidió no presentarse en su casa el viernes, él descubriría que se equivocaba en su juicio sobre Judex, que no era una película tan buena, y se alegró de que ella no la hubiera visto con él en ese momento, pero eso nunca se lo diría…).

Cuando Elena termina su cerveza, Christopher aún habla de Radiohead. “Me gusta la conexión que hemos tenido. Eso es todo lo que quería comprobar hoy”. Y con eso, Christopher parece poner fin al encuentro. Ambos se miran a los ojos, él espera que algo pase, tal vez no. Ella le devuelve la mirada.

A la noche siguiente, Elena recibe un mensaje en su móvil que dice: “He estado pensando en ti. Nada de pensamientos raros. Me gustaría que me contaras hacia dónde te ha llevado tu análisis. Si te apetece verme, házmelo saber. Christopher”.

To be continued...

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