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All Along the Watchtower

Fotomontaje Shunt / London Bridge tunel

Fotomontaje Shunt / London Bridge tunel

Fotomontaje Shunt / London Bridge...

Fotomontaje Shunt / London Bridge...

Free things to do in London

Para los que digan que Londres es caro, ahí va mi respuesta... Echad un vistazo a este link y luego me contáis...

http://www.freelondonlistings.co.uk/

 

 

Swine Flu Police

Swine Flu Police

 

Vinieron a llevárselo. Con sus trajes azules y sus guantes blancos. Estornudó y a los cinco minutos aparecieron por allí. Con una mascarilla blanca cubriéndoles la boca y la nariz. Envueltos en “antisepticismo”. Vinieron a llevárselo y nadie pudo hacer nada. Así es como lo llaman, es el nuevo cuerpo policial que ha tomado las calles de Londres, controlándonos, controlando la expansión del virus. Por si fuera poco el pánico que los medios de comunicación han extendido entre la población, ahora tenemos una fuerza armada que lo consolida.

Swine flu Police. Es como le llaman, la SFP, la nueva policía de la gripe porcina.

Todo el mundo parece estar expuesto al contagio. Da miedo estornudar, sacar el pañuelo y bostezar. Da miedo. En cada esquina están ellos. Observándote desde las cámaras de vigilancia que hay en todas las calles de esta ciudad. Vigilancia absoluta. Han puesto hasta un servicio telefónico 24 horas para denunciar a los posibles nuevos casos de swine flu.

Hay que detener la pandemia como sea. La exposición al contagio se vuelve más y más intolerable con el paso de los días.

Cuando vinieron a por ti al restaurante todos pensamos que te lo tenías merecido. Cocinero de un restaurante de Balham. Probablemente hayas contagiado a todo el barrio. La verdad es que nunca llegaremos a saber si lo que tenías era un simple resfriado o el virus en sí mismo, pero... ¿que más da?, el riesgo existe... Como digo, todos pensamos que te lo tenías merecido.

Si ni siquiera en el centro de salud y en los hospitales está permitido tu ingreso. Los centros de salud ya no acogen a los enfermos, los dejan en su casa, a su suerte… Les envian por correo las medicinas y ahí se las apañes. "No os queremos aquí", les dicen, "no contagiéis a inocentes, por favor". Al fin y al cabo no es más que una gripe. Unas semanas en la cama y todo solucionado. (¿Por qué, entonces, tanta alarma?)

Pero, como en toda situación extrema, siempre hay un punto revolucionario en la ciudad. Las grandes concentraciones de estornudos que los rebeldes han organizado y en las que las SFP no se atreven a entrar por miedo a contagio masivo. La gente clama su derecho a ser contagiado y a pasar la gripe cuanto antes…Si al fin y al cabo, todos la vamos a pasar, ¿o no?

(Lo que cuento más arriba es una historieta de ficción, pero no me sorprendería nada que realmente crearan un "cuerpo armado" para "defender" a la población contra el virus de la gripe porcina. ¿Qué puedes esperar de una sociedad que prohibe la entrada a los enfermos en los centros de salud y en las farmacias? No comment...)

Parte III: Elena en Balham.

Parte I: Christopher Judex in Clapham South

Parte II: Christopher Judex in Balham

 

Elena termina su cerveza. Al fin y al cabo ese era el trato, “una cerveza y después tú decides si quieres volver a verme”. Así que se marchan a casa.

Christopher aún lía otro de sus cigarrillos. No ha parado de fumar desde que empezaron a hablar.

Antes de despedirse la besa en la mejilla y le dice que está contento de haberla parado. Y vuelve a recalcar que la conoce, que él conoce a todo el mundo con sólo mirarles a los ojos. Ella, Elena, se enfada, porque no le gusta la seguridad con la que lo dice. Porque, al fin y al cabo, son dos desconocidos que sólo se conocen lo que dura una cerveza.

Por fin, Elena se sienta en la cocina de su casa y en su cabeza se dibuja un esquema de Christopher, inconexo, al que le faltan un millón de puntos. Lo odia, en cierto modo, porque sabe que a partir de hoy la curiosidad hacia él sólo comenzará a crecer.  Y ese sentimiento, no la abandona, aunque su lógica le diga que es de locos parar a alguien por la calle sin más, que, tal y como él le ha dicho, es algo que ha hecho más veces, y que siempre, o, casi siempre, le funciona. Y que este es el modo que Christopher tiene de hacer que las cosas sucedan.

Él encuentra divertido el modo en que Elena le analiza, desde la distancia, el modo en que ella lo convierte todo en una especie de broma, quitándole seriedad a las cosas. Se siente relajado cuando escucha su risa, porque así no se toma tan en serio a sí mismo, es lo que le dice. Porque, según él dice, muchos de sus amigos le ven como una especie de gurú. Elena vuelve a reírse. Y él, ha conseguido, de nuevo, su objetivo.

Le divierte también que ella lo vea como a un “showman”, como a un personaje teatral que está actuando en algún tipo de comedia. “Quiero ver hacia dónde conduces el show” Ella le dice. Y esta es la respuesta que Elena le da a Christopher cuándo él le pregunta: “¿Qué te ha impulsado, finalmente, a venir conmigo hoy?”

El hecho de que ambos estén ligados al mundo audiovisual no le sorprende. Se lo imagina cuándo ella le comenta que todo lo que había estado haciendo durante la tarde era pasear, observar, intentar retratar Londres. ¿Y qué mejor motivo podía tener una persona para salir a pasear en Londres que retratarlo, da igual el medio que utilice? Se dice.

“Quiero ver tus trabajos y enseñarte los míos". Le dice Christopher. "Podría mandarte el link, pero quiero ver tu reacción”. Elena piensa que no es más que la excusa para hacerla llegar hasta su casa. “Tal vez el viernes por la noche. Además, tengo una película que se que te va a encantar. Tienes que verla. Se llama Judex y es un remake hecho por el director de cine George Franju que está basada en un serial del cine mudo francés. ¿La conoces?” (Está siendo sincero cuándo lo dice. Más tarde, cuando Elena decidió no presentarse en su casa el viernes, él descubriría que se equivocaba en su juicio sobre Judex, que no era una película tan buena, y se alegró de que ella no la hubiera visto con él en ese momento, pero eso nunca se lo diría…).

Cuando Elena termina su cerveza, Christopher aún habla de Radiohead. “Me gusta la conexión que hemos tenido. Eso es todo lo que quería comprobar hoy”. Y con eso, Christopher parece poner fin al encuentro. Ambos se miran a los ojos, él espera que algo pase, tal vez no. Ella le devuelve la mirada.

A la noche siguiente, Elena recibe un mensaje en su móvil que dice: “He estado pensando en ti. Nada de pensamientos raros. Me gustaría que me contaras hacia dónde te ha llevado tu análisis. Si te apetece verme, házmelo saber. Christopher”.

To be continued...

Shunt is a Woman...

Shunt is a Woman...

 

“La razón por la que empecé a documentarlo fue porque me era imposible describirlo con palabras” Eso me comentas cuándo te pregunto por el Shunt. “No es un club, ni un pub, ni un teatro pero es todo a la vez...¨

Me tomo la licencia de robarte tus palabras. Me comentas también que si estoy interesada puedo ver el video sobre el Shunt en la website, y, obviamente, lo estoy. Así que cuando puedo le echo un vistazo y la verdad es que sobran las palabras…

 

Debajo de la estación de tren de London Bridge existe este oscuro y húmedo espacio de enormes habitaciones abovedadas donde cualquier cosa que te imagines es posible. Si es que alguna vez alguien hubiera podido imaginar que un sitio así existiese… Y como no, si existe, tiene que existir en Londres.

 

Mientras termino mi cerveza y escucho una música que como un grito atraviesa las paredes, mis ojos se detienen en el muro de piedra que hay detrás de la barra del bar y pienso, que, irónicamente, he dado con una de las mejores (no) definiciones que he encontrado del Shunt hasta ahora…

“Shunt is a woman…”. Y más abajo, la traducción: “Shunt es una mujer”. Será verdad, tan cambiante, enigmática, oscura, estética, surrealista, dramática, divertida, melancólica, erótica, inteligente, expresiva, coqueta…Espectacular.

Part II: Christopher Judex in Balham.

Parte I: Christopher Judex in Clapham South


Enciende el mp3 de la chica y la cara de Christopher se ilumina. Radiohead. Y le comenta que Radiohead fue la banda sonora de una parte de su vida en la que estuvo muy enfermo. Y que su música significa mucho para él. Termina su cerveza. En realidad, no le sorprende que ella decidiera venir con él finalmente.

“Sólo una cerveza y tú decides si quieres volver a verme o no. ¿Qué tienes qué hacer ahora? Probablemente llegarás a casa, prepararás la cena y te quedarás pensando en lo vacía y aburrida que es la noche en Londres, a pesar de lo grande que es la ciudad y de la cantidad de gente que hay.”

Al menos es lo que Christopher dice. Que le aburre Londres y su gente. Ella no es de Londres. Christopher lo pudo apreciar desde su ventana, la última planta de un edificio de Clapham South. Ella tiene que ser de algún país mediterráneo, se dice a si mismo. Tiene que serlo, por su determinación al caminar, el color de su pelo, sus ojos. Porque esa mirada de Londres sólo la puede tener alguien que no ha nacido aquí. Eso, obviamente, no lo aprecia desde la última planta del edificio. Eso lo aprecia cuando, al llegar a Balham, ella gira la esquina y Christopher decide pararla y empezar a hablarle, porque probablemente, ya ha llegado a su destino, y él ha estado siguiéndola, observándola desde atrás, dejándose arrastrar por ella…

Ella le mira sorprendida. Al principio no le oye porque lleva los auriculares puestos. Él habla sin parar. Le cuenta su historia, que la vio pasar desde su ventana y la siguió porque quería saber hacia donde se dirigía y de dónde venía. Porque estaba tan aburrido de Londres que ella le parecía un soplo de aire fresco. Pero él habla de otro tipo de aburrimiento que ella aún no llega a comprender. Que lo único que quiere es se vayan juntos a tomar una cerveza, que no le pide más, aunque sabe, en el fondo, que no tardará en hacerla llegar a la cama de su habitación. Y lo insinuará un par de veces, y ella sabe que está siendo sincero. Y él le dice que al fin y al cabo eso es lo que vienen a buscar los extranjeros a Londres, experiencias.

Ella, al principio, le dice que no, pero la verdad es que no tarda mucho en cambiar de opinión. Se da cuenta de cómo en un segundo ambos han pasado a formar parte de una historia de ficción y se han convertido en personajes de un relato. Personajes ficticios que no tienen nada que ver con lo que son en realidad.

Él la mira y a través de sus palabras ella percibe que él no es una persona cualquiera, que es alguien especial, inteligente, capaz de crear esta escena de novela situada en Londres. Tal y como él le dirá, es alguien que hace que las cosas sucedan. Él es capaz de crear todo un show a su alrededor y la curiosidad por ver cómo lo termina es más grande que cualquier pizca de razón que le diga que no, que no se va con él a tomar una cerveza, que se va a casa a cenar y a dormir porque está cansada después de estar en Regent´s park oliendo las flores etiquetadas.

Pero la terraza está justo a un paso de su casa…y es sólo una cerveza y una conversación interesante con un desconocido. La situación, además, le parece divertida… Ella siempre es fiel a sus primeros impulsos hacia un desconocido. Y las vibraciones son buenas… Así que se fía de su instinto y Christopher y ella se van a por la cerveza.

In Limbo...

 

 

Lundy, Fastnet, Irish Sea
I got a message I can’t read,
Another message I can’t read

Being the first in the Irish Sea,
I got a message I can’t read,
Another message I can’t read

I’m on your side
Nowhere to hide
Trapdoors that open
I spiral down

You’re living in a fantasy world,
You’re living in a fantasy world.

I’m lost at sea,
Don’t bother me
I’ve lost my way,
I’ve lost my way

You’re living in a fantasy world,
You’re living in a fantasy world,
You’re living in a fantasy world...
The most beautiful women in the world

Lundy, Fastnet, Irish Sea
I got a message I can’t read
Another message I can’t read

In Rainbows…

In Rainbows…

 

Hace un año llovía…No. Hace un año hacía sol. Creo recordar que había un arco iris en el cielo y gotas de lluvia en el aire. El sol, aunque estaba apunto de ponerse, brillaba en este cielo completamente azul. Recuerdo perfectamente el 7 de junio de hace un año. Y lo recuerdo porque Radiohead presentaba su álbum In Rainbows en Dublín, y parecía un truco de magia que Irlanda los recibiera con dos arco iris en el cielo. Lo que me hace pensar que Radiohead no sólo son magos de la música, si no que lo son también de los fenómenos metereológicos.

Mientras bebe el último sorbo de su cerveza, Christopher Judex me pregunta que qué venía escuchando en mi mp3, y yo me había olvidado por completo de que venía escuchando a Radiohead y pensando en que hace justo un año acababa de llegar a Dublín y estaba asistiendo, en Malahide Castle, a este maravilloso concierto. Mi experiencia dublinesa estaba comenzando de un modo mágico. Sobre el cielo, un arco iris, y en mi cabeza, las canciones de Radiohead. A veces bromeo y digo que mi decisión final de escapar a Dublín y no a otro sitio fue precisamente la oportunidad de asistir a este concierto y no puedo evitar pensar en la simbología de todo esto. De comenzar mi vida en Dublín sobre un arco iris…

Dublín se convertiría para mí en una especie de limbo, en un arco iris irreal que aparece después de la lluvia. Sólo que en ese momento había sol, lluvia y arco iris. Todo unido en una perfecta armonía. Y en este limbo particular fue donde encontré a mis soulmates, a mis compañeros de alma y de viaje, a mis compañeros de limbo, todos flotando en este ambiente irreal, en este mundo transitorio del que nunca se puede escapar…

Y Dublín se convirtió para mí, para nosotros, en una sensación constante de lluvia, sol y arco iris, envuelto en la banda sonora de Radiohead…

 

 

Christopher Judex in Clapham South.

 

 

Por un momento pienso en ti. Te imagino en tu habitación, goteando soledad.

 

Y así, creo encontrar la respuesta que me rondaba la cabeza el otro día.

 

Imagino tu habitación. Una luz tenue que probablemente proviene de la pantalla de tu ordenador. Dices que escribes, que trabajas en tu nuevo proyecto, es un drama acerca de un reality show que ahora dan por televisión. Una vuelta de tuerca, si conoces el programa puedes imaginar de lo que hablo, lo intrincado del asunto (uso sus palabras…) Yo, por supuesto, no lo conozco… así que no llego a comprender, aún, lo “intrincado” del asunto, la vuelta de tuerca. Dices que trabajas en tu drama, pero en realidad, te veo flotando en un vacío de aburrimiento.

 

Imagino tu ventana, con vistas al metro de Clapham South. Con un poco de suerte, ves algo del parque. El lago seguro que no lo ves, queda muy lejos.

 

Tus ojos perdidos en el vacío, muy al sur de Londres, esperando, tal vez, que algo pase, sea lo que sea. Y decides, en cuestión de un segundo, hacer que suceda. En ese momento, alguien, da igual quién, hombre o mujer, no importa, alguien pasa por tu ventana. Estás tan aburrido que saltas de la silla y te asomas a la ventana. Ves a ese alguien de espaldas con un impermeable azul que se aleja y decides bajar a hablar con ese/a desconocido/a.

 

Antes de salir aún te tomas unos segundos para pensar en tu vestuario… Tienes que parecer interesante, llamar la atención de algún modo para que la otra persona perciba algo en ti que te diferencie de los demás. Que te haga único. Da igual qué. Y así, en un par de minutos, tomas tu decisión y sales a la calle con lo más “cool” de tu vestuario. 

 

Mientras bajas las escaleras para salir a la calle, te preguntas si no será ya demasiado tarde para alcanzarla. Das por hecho que tiene que ser una mujer, que tiene que ser ella, la del impermeable azul. Te preguntas en qué punto del camino la alcanzarás, si la alcanzas. Si su camino es una línea recta o habrá girado la esquina, y en cuál de las calles habrá girado, si es que lo ha hecho… Sales a la calle y la puerta se cierra de un portazo. Ella no lo escucha porque en su cabeza sólo se oye la música de su mp3. Te quedas más tranquilo al darte cuenta de que el impermeable azul sigue caminando calle abajo. Es una chica, la ves de lejos, de perfil y piensas que es bonita, ¿por qué no pensarlo?

 

Antes de hablar con ella, decides esperar, quieres saber hacia donde se dirige, inventar una historia que la impresione, o, ¿por qué inventarla? Tal vez con maquillarla un poco vale. Sabes que eres un tipo con recursos, que la improvisación se te da bien, que tienes encanto y eres, aunque a veces no lo parezca, inteligente, tal vez demasiado. Sabes usar las palabras, you are a charming guy, como dirían por aquí. Lo sabes y sonríes porque llevas las cartas ganadoras.

 

To be continued…

Ice cream: Estación sin servicio

 

 

Te rodea una estructura hecha de plantas y flores. Tus ojos giran atrapados en esta visión de naturaleza irreal. No te imaginas que en esta ciudad hayas quedado atrapada en un edificio hecho de flores. El cemento y el hormigón han quedado desplazados en este espacio mágico. Te detienes a oler las rosas del jardín. Mucha gente lo hace, maravillada, les divierte. Van de flor en flor, de pensamiento en pensamiento, de olor en olor… Este olor lo impregna todo. Respiras perfumes que marean. Te mareas… esta droga invisible te aleja de Londres y te lleva a cualquier otra parte, lejos, fuera del alcance de esta huelga de metro que, egoístamente, ahora no te preocupa. Te visualizas a ti misma en la puerta de la estación. Observas a la gente… Detenidos frente a un cartel que dice que de esta estación ya no salen ni llegan más trenes y una voz chirriante que lo anuncia por el altavoz. Otra vez piensas en tu cámara: expresiones de fastidio de la gente, quejas y finalmente, resignación.

 

Pero ahora…estas lejos. Una flor que se derrite…Ice cream…Los carteles que etiquetan cada flor te hacen sonreir. Keep on smiling. Sonríes otra vez… Piensas, de repente, en la huelga de metro, en las piernas corriendo, en las caras de fastidio, en la voz chirriante del altavoz y de repente, tus ojos se detienen en un cártel escondido entre las plantas que dice “Estación sin servicio”.

Próxima estación: Regent´s Park

 

Me subo a un autobús dirección al centro. Sin rumbo fijo me dejo llevar. No necesito un destino, en esta ciudad todo te sorprende. Da igual a dónde vayas, lo importante es a dónde llegas. En la planta de arriba del autobús, tengo la mejor vista panorámica de Londres. Mi cabeza está aquí y allá. Va y viene constantemente. Y me mareo. A veces paro de pensar y sólo observo. Cojo un autobús en Elephant and Castle. Vamos dirección Waterloo. Pasamos por London Bridge. Atravesamos el puente y aparece ante nosotros la noria gigante, the London Eye, y a través de él, el Parlamento. Esta imagen atrapa la mirada de todos en el autobús. St. Paul´s aparece frente a nosotros también. Londres encerrado junto a mí en este autobús. El tráfico es horrible al atravesar el centro y me detengo en Russell Square. Comienzo a caminar. Me muevo por impulsos. Es el mejor modo de moverse.

La zona de Bloomsbury está llena de universidades. Gente joven por todos lados, caminando, en sus bicis, en las terrazas de los bares. Los edificios típicos londinenses de esta zona de la ciudad me dan la impresión de orden y nitidez.

Llego a la estación de metro de Goodge Street. Un gran mural anuncia que he llegado a Fitzrovia. Me llama la atención el mural y decido chequear en cuanto llegue a casa. Así, me entero de que esta zona es considerada como una de las partes bohemias de la ciudad. Donde escritores y artistas solían venir a frecuentar algunos de los pubs.

Sigo caminando. En mitad de la ciudad, en medio del humo de los coches, la rapidez de las piernas, el ambiente frenético en las calles derivado de la huelga de metro que sufre Londres, en mitad de este lío, paseo tranquilamente observando el movimiento a mí alrededor. Yo, detenida, moviéndome a cámara lenta mientras mis ojos siguen el recorrido de millones de personas que se mueven frenéticamente a mi alrededor.

Paseando he llegado a uno de los pulmones más bonitos de la ciudad. Regent´s park: Final destination. Aquí me quedo. Me sorprendo cuando entro en este jardín lleno de olores diferentes y colores distintos y millones de flores. Y carteles que las etiquetan como Ice Cream o keep on smiling or lonely lady. Me hacen sonreír y me culpo por no tener una cámara de fotos que poder usar en este momento. Esta es la mejor fotografía que os puedo ofrecer. Las palabras a veces sobran y a veces hacen que la curiosidad os traiga hasta este maravilloso parque perdido en mitad de Londres.

 

 

 

 

 

Londres: Mi visión actual…

Londres: Mi visión actual…

 

Ahora Londres parece que se hunda…que se sumerja en las entrañas de esta tierra, que se convierta en un gusano de feria que se precipita por los raíles laberínticos de la ciudad escondida. Tal vez no es Londres la que se sumerge, tal vez sólo es mi cabeza la que lo hace. Y la ciudad se convierte en un camaleón que cambia según los ojos que la miran…

Dublín Vs. Londres

Me gusta la metáfora del blanco, me dices. Nacimiento, comienzo, tal vez, en nuestro caso, vacío que llenar...

Dublín. Cada paso que doy es un recuerdo. Cada uno de vosotros ocupa un pedacito de mi memoria. Cada parcela de mi corazón es vuestra. Camino con la sensación de que esta ciudad no me abandonará jamás. Hay páginas en blanco para cada uno de vosotros, páginas que se escriben al ritmo de nuestros pasos.

El viaje comienza de nuevo. Viajar es un arma de doble filo. Todo se va alejando conforme tus pasos se acercan a otra ciudad, a otras personas. Todo lo que dejas atrás adquiere un peso enorme en el corazón. La curiosidad hacia lo que está por venir hace que la balanza se equilibre. Equilibrio y desequilibrio terminan siendo parte de un mismo motor.

Londres...El viaje comienza de nuevo. Aterrizo sorteándo obstáculos. Los pasos de la gente nunca se detienen. Sonidos con distintas texturas forman la banda sonora de esta ciudad: zapatos de tacón, con suela de goma, de metal...pasos que se arrrastran, que vuelan, pesados, con ritmo, desacompasados, murmullos unidos en una misma canción.

Londres. Ciudad inagotable, que nunca descansa ni se detiene, interminablemente se mueve...

 

Impresiones de Hyde Park...Diez años antes...

 

Me gusta caminar por una ciudad en la que nadie me conoce.

Las calles se alargan y las luces de las farolas parecen estrellas gigantes.

Los coches pasan cada segundo y contínuamente aparece alguna persona por las esquinas.

Las piernas se me doblan y estoy cansada.

La noche se va yendo y no me creo que ya haya llegado a Londres.

La hierba estaba llena de niebla al amanecer.

Aquí los pájaros no te tienen miedo.

Aquí es el hombre el que podría tener miedo de ellos.

Pasan volando tan cerca de tu cara,

levantan el vuelo tan rápido

que tienes la sensación de que se te van a echar encima.

Todas las palomas están al borde del lago,

y los cisnes están lejos,

junto a los patos,

y el agua tiene el color gris más bonito

que haya visto

y resplandece en círculos,

se mueve.

Ejecutivos comiendo en el césped,

jóvenes sentados en círculo,

una persona leyendo bajo un árbol.

La despreocupación,

como si en este instante nada malo pudiera pasar.

Todos ríen

o toman el sol

o están serios

o solitarios

pero el lago sigue teniendo agua,

y los pájaros siguen sin tener miedo

y el sol sigue produciéndonos la misma sensación

en los días como estos.

Y de repente, la lluvia sobre Londres, esparcida por todos los rincones de esta ciudad...

Y yo, escuchando tranquilamente,

al fin,

el sonido

de las gotas en el suelo.

Fotografía de Picadilly Circus: diez años antes...

 

Oyes el punteo de guitarra mientras estás entre vagabundos y entre dolores de piernas. El punteo de guitarra como una puerta de salida. ..

La gente se agolpa y el hombre,

 negro,

 sigue tocando como si fuera un ángel,

 un ángel del guetto.

 

Las monedas empiezan a caer. Eliges un sitio cerca del ángel.La funda dura del instrumento está en el suelo y él tiene la guitarra entre las manos como una comadrona que sostiene a un recién nacido manchado de sangre.

Estás sentado y todo lo que fuiste pasa delante de tus ojos como un pájaro muerto que sube al cielo.

El Hombre negro deja de tocar.

El hombre negro parece una canción de Blues.

Hay gente que lleva adherida a la piel un traje de cuero invisible, una leyenda con tatuajes superpuestos.

Con solo mirarlo descubres el sino,

el secreto,

lo ancestral,

como cuando miras a un chaman.

 

El chaman.

 

 

¿Mi generación?

Mi generación está perdida. Mi generación tiene un millón de opciones distintas. Mi generación bebe sin parar y pierde el hilo y divaga y se fuma el agua de los charcos. Mi generación es una generación llena de soñadores, de desorientados, de gente que busca su espacio y no lo encuentra, de gente que lo intenta, lo intenta, lo intenta y lo vuelve a intentar. Mi generación es la generación de los licenciados, de los estudiantes eternos, que estudian cualquier cosa que se les pone por delante, y siguen estudiando pensando que la respuesta está ahí, pero nada les satisface ni les llena, porque la educación, en estos tiempos, deja más huecos vacíos que respuestas. Estudiar es aplazar el momento de enfrentarte de cara a la realidad. Mi generación es la de los eternos buscadores, que buscan sin parar un destino desconocido, que no llega, para el que no están preparados. Mi generación es la generación de los que prueban, prueba y error, y los errores son tantos, que luego llega la desesperación y la huida. En mi generación, hay mucha gente que huye, que intenta encontrar la solución en lugares lejanos. Mi generación es universal. Mi generación no entiende de fronteras. Mi generación sueña con Australia, porque es lo más lejos que se puede estar. Mi generación está hambrienta, tanto, que al final, se muere de hambre. Mi generación quiere vivir, disfrutar del tiempo perdido, derrochado. Mi generación disfruta, disfruta, disfruta y vuelve a disfrutar. Mi generación está hecha de sencillez, una sencillez que todo lo vuelve complicado. Mi generación es la generación del tal vez, del quizá, del no lo se. Mi generación es insegura. Mi generación cambia de parecer cada dos minutos. Mi generación lucha por ser feliz. Mi generación se conforma contigo y se conforma conmigo. Mi generación está hecha de ti, de mí, de gente que no tiene nada que ver la una con la otra y a la vez, de gente que tiene más cosas en común de lo que piensas. Mi generación es una incógnita. Mi generación es la generación de los desorientados, de los que no saben a dónde van…

Y… ¿A dónde vas, cuando no te diriges hacia ningún lugar? ¿Y a dónde te diriges cuando vas a todos los lugares del mundo?

Dublin Concerts. Osaka Monaurail. Fotos Parte III

Dublin Concerts. Osaka Monaurail. Fotos Parte III

Dublin Concerts. Osaka Monaurail. Fotos Parte II

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Dublin Concerts: Osaka Monaurail. Fotos Parte I

Dublin Concerts: Osaka Monaurail. Fotos Parte I